¡Gracias Denise, hasta siempre!

Y ella que había llegado el 16 de Octubre de 1999 para cambiar mi vida, se iba el 6 de Octubre de 2010.

Llegó en los brazos de mi hermana Clyde, como regalo de su cumpleaños número 11. “Hay que elegir un nombre”, y sin dudar ni pensarlo dos veces, elegimos Denise.

Éramos fans de los Backstreet Boys y la madre de uno de ellos se llama así. Pero la Colo se apoderó de ese nombre y lo convirtió en sinónimo de amistad, fidelidad, cariño, colita de pollo, colorada, colorete, Munina, mi hija.

Mucho tiempo de peleas con mis hermanas para determinar quién era su dueña. Yo decía que era mía, Cly decía que se la habían regalado a ella, Nati nos peleaba y sostenía que Denise era suya. Pero Denise era de todas, de todos.

No recuerdo muy bien como nació el apodo Munina. Fue una derivación del Mamuna, Mamunina… y ahí quedó. Además, combinaba con la canción que le cantábamos antes de comer: “Yo tengo una perrina que se llama Munina que mueve la colina y que come Purina”. (Comía Purina Puppy Chow).

No hay persona que no conozca a Denise. Todos los que alguna vez pasaron por casa o por nuestras vidas sabían de ella. Se me cae la baba cada vez que hablo de ella. Tanto pero tanto, que el día que tuve que abrir mi primera cuenta de mail puse “Cintia Munina”. Así fue que todos empezaron a conocerme como “Munina”. A llamarme así… al punto de recibir cartas a nombre de Cintia Munina, como si fuese mi apellido (Sí, Ady fuiste vos!)

Hasta Verónica Lozano gritó un día en la radio “¡Atita Munina!”, cuando le escribí una carta hablando de Denise en un especial de mascotas que hacían en su programa.

Cada 25 de Agosto era una fiesta. Luego, al nacer sus hijas, festejábamos también cada 31 de Julio. Denise es especial. Denise cambió nuestras vidas.

Cuando tengan que elegir un perrito para sus casas y les digan que el Cocker Spaniel Inglés es un perro loco, malhumorado, caprichoso no les hagan caso. Son pura ternura.

Ella era caprichosa como yo. Malhumorada como Cly. Peleadora como Nati. Correcta como mamá. Compañera como papá. Los perros son el fiel retrato del amo. Y así era Denise, hecha especialmente para nosotros.

Miles de recuerdos pasan por mi cabeza. Cuando llegó y durmió en un almohadón a mi lado. Creo que nadie sabe que ese día la subí a la cama. Y después claro, ¿cómo iban a pretender que durmiera en una cuchita? Eso jamás. Denise era una perra especial para cama o sillón. Cuando le decías “mostrame la tetita” y ahí la tenías panza arriba. Cuando se acostaba arriba de la mochila para que no me fuera. Cuando te ponía el cuello entre las manos para que la acaricies. Las noches enteras debajo de la mesa de la computadora estudiando con nosotros. ¡¿Cómo no se iba a merecer la dedicatoria en mi primer ensayo?!

Nunca, nunca te voy a olvidar. Fuiste y serás siempre mi mejor hija. Tus ojos lo decían todo, y tus besos me daban más que amor.

Ahora descansa mi hija. O tal vez pasea con mi abuela por algún jardín.

Me dio todo su amor y estoy tranquila porque le dimos todo el nuestro.

Un paso de Denise, un gesto, cualquier movimiento era una fiesta.

Ella fue feliz. Lo se. Y me quedo con eso. Con todo lo que me dio y enseñó.

Los ángeles van al cielo. Y desde ahí me cuida desde hoy. ¡Gracias Denise!

No puedo evitar llorar. Agradezco a la vida por haberte puesto en mi camino.

Te amo por siempre.

Gracias a todos los que me acompañaron en este difícil momento.

Denise también se los agradece.

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