Romper el molde

Aún no puedo creer que exista gente ingrata.
Aún no puedo creer que siga pretendiendo que no existieran.
Pero sí, lo pretendo. Al menos con la gente que me rodea.

Estos últimos días tuve una sensación horrible, de ingratitud insana, en personas que creo haber ayudado alguna vez.
No quiero confundir. Uno ayuda sin esperar nada a cambio, pero si existe algo que se devuelve ante un gesto de colaboración, lo que menos se espera es que sea una ironía, una mala respuesta, una mirada pesada.

¿Será que soy yo la que va por otro carril?
¿Será que lo que yo creo bien está mal?

Tal vez esté confundiendo términos y deba comprender que no todos estamos en la misma línea de fuego.
Pero me cansa comprender e ir comprendiendo al mundo.
Me sobrepasa la idea de entender que todo tiene un motivo y por eso tengo que aguantar hasta lo inaguantable.

Hay momentos y situaciones que te llevan a romper el molde.
Y creo que estoy pasando por uno de ellos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nathan cuando toma teta me abraza.

El cuarto grupo.

Si cerrás los ojos...