Niña por siempre

Varias sensaciones. Mucha emoción. Llegué a Peña y Alsina a pocos minutos del comienzo del show. Casi Ángeles se presentaba en su mayor momento de gloria – y encima gratis- en medio de la ciudad de Banfield. Miles y miles de personas. Más bien diría yo, miles y miles de personitas.

Buscar una mejor ubicación era imposible. Había que conformarse con verlo o apenas escucharlo. Los árboles ya estaban ocupados. Las “parecitas” de las casas, repletas. La calle inundada de padres con niñas sobre los hombros. Hermanos y hermanas más grandes acompañando a decenas y decenas de preadolescentes ansiosos por ver a los protagonistas de su novela favorita. Y yo, fan de cualquier producto creación de Cris Morena, también estaba ahí. No podía faltar a la cita.

Me moví varias veces. Quería ver el escenario. Ya había visto a Casi Ángeles en un Gran Rex. Pero este show tenía ese gustito especial que tienen los shows gratuitos. Había mucha adrenalina, mucha ansiedad, mucho aire de alegría, de felicidad.

Empezó el show pasadas las 8 de la noche, cuando el sol ya nos había abandonado y no conforme con el lugar donde estaba, empecé a caminar. Misión imposible, no paraba de repetir “permiso, por favor”. Hasta que me quedé parada de espaldas al escenario y ví el mejor show que ese día me podía regalar. Miles y miles de sonrisitas, de entre 5 y 12 años, cantando cada canción al pie de la letra, con el mayor énfasis que se puede esbozar. De todas las clases sociales, de las que pueden ir a todos los shows y de las que no. Con vinchas, fotos, carteles. Con amor.

Lágrimas en los ojos. Me acordé de mis caras a esa edad. De las emociones a esa edad. ¡De lo lindo que es vivir en esa edad! Uno se cree parte de la historia. Uno se cree amigo de los protagonistas. ¡Y ni hablar cuando te gritan “los queremos y los vamos a extrañar”!

Cada uno de los presentes adora ver que los protagonistas se amen. Se imaginan ser la novia del galán y por eso lo aman y esperan el beso de la pareja como si fuera el momento ideal de sus vidas. Apoyan cada idea que el grupo de amigos tenga en la historia. Concuerdan con su modo de vestir, saben todas sus canciones. Son fans. Fans de una novela, que no es más que un producto televisivo, pero que te hace creer en algo durante una hora todos los días y te deja una expectativa tal durante el fin de semana, que el lunes dejás todo por verlo.

¿A quién no le pasó todo esto que describo?

Tengo casi 30 años y hay algo que no me avergüenza decir: crecí con Jugate conmigo, Chiquititas, Verano del ‘98 y Rebelde Way. Casi Ángeles no es lo primero ni lo último que me gustará de las producciones de Cris. Y me enorgullece. Podrán reirse. Pero estoy feliz de tener una niñita adentro que no se muere, que está latente, que se emociona, que vibra y que cree en historias de amor.

Creo que podrán pasar los años, vamos a cambiar de forma de vestir y de hablar, pero algunas muchas, seremos niñas por siempre. Lo sentí ayer. Y espero lo pueda seguir sintiendo.


Casi Ángeles - Oficial: Gracias Lomas


La Noticia sur - Casi Ángeles en Lomas

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